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Foto del escritorMariusz K

Comprender el resfriado común y la gripe



La tos y la fiebre son síntomas comunes tanto del resfriado común como de la gripe. En la mayoría de los casos, la tos es una respuesta a estímulos irritantes en las vías respiratorias superiores[1]. Sin embargo, también puede ser un síntoma de una infección respiratoria más grave, como la gripe o la neumonía. Las causas más comunes de tos y fiebre son las infecciones virales y bacterianas. Estas infecciones pueden propagarse a través del contacto con una persona infectada o al tocar superficies contaminadas.

El resfriado común es una infección viral que afecta principalmente las vías respiratorias superiores. Los síntomas iniciales del resfriado común incluyen estornudos, secreción nasal, fiebre leve y tos leve[2]. A medida que la enfermedad progresa, los síntomas pueden incluir dolor de garganta, congestión nasal y dolor de cabeza. El diagnóstico del resfriado común se basa en los síntomas del paciente y en la exclusión de otras enfermedades respiratorias más graves, como la gripe o la neumonía[3]. Además, los médicos pueden realizar pruebas de laboratorio para confirmar la presencia de un virus específico.

La gripe es una infección respiratoria viral aguda que puede afectar a personas de todas las edades. Los síntomas de la gripe incluyen fiebre, tos, dolor de cabeza, dolor muscular y fatiga[4]. La mayoría de las personas se recuperan de la gripe sin necesidad de tratamiento médico, pero en algunos casos, la enfermedad puede ser grave y requerir hospitalización[5]. El diagnóstico de la gripe se basa en los síntomas del paciente y en la realización de pruebas de laboratorio para confirmar la presencia del virus de la gripe[6]. Es importante que las personas con síntomas de la gripe se queden en casa y eviten el contacto cercano con otras personas para evitar la propagación de la enfermedad[7].

Remedios caseros para la tos y la fiebre

Uno de los remedios caseros más efectivos para tratar la tos y la fiebre es beber muchos líquidos[8]. Cuando el cuerpo está enfermo con gripe u otro tipo de virus, los síntomas comunes como fiebre y tos pueden llevar a la deshidratación[9]. Beber suficiente agua, jugos, tés y caldos puede ayudar a mantener el cuerpo hidratado y aliviar los síntomas. Además, los líquidos pueden ayudar a aflojar la mucosa y a reducir la tos.

Otro remedio casero para tratar los tos y la fiebre es descansar y mantenerse caliente[10]. El descanso adecuado es crucial para permitir que el cuerpo se recupere y para reducir la fiebre[11]. Mantener el cuerpo caliente también puede ayudar a aliviar los tos y la congestión. Se puede utilizar una manta eléctrica o un baño caliente para calentar el cuerpo y reducir el dolor y la incomodidad.

El uso de medicamentos de venta libre también puede ser efectivo para tratar la tos y la fiebre[12]. Sin embargo, es importante tener en cuenta que algunos medicamentos pueden tener efectos secundarios graves, especialmente en niños pequeños[13][14]. Se recomienda utilizar medicamentos como los descongestionantes nasales y los expectorantes solo bajo la supervisión de un médico[15][16][17]. Además, es importante leer las etiquetas de los medicamentos y seguir las instrucciones cuidadosamente para evitar una sobredosis o reacciones adversas.

Cuándo buscar atención médica para la tos y la fiebre

Es fundamental buscar atención médica si hay un empeoramiento de los síntomas o el desarrollo de nuevos síntomas[18]. Por ejemplo, si una persona experimenta tos y fiebre inicialmente, pero luego desarrolla dolor en el pecho, palpitaciones o empeoramiento de la disnea, podría indicar una afección subyacente más grave. Otras enfermedades que potencialmente causan estos síntomas incluyen neumonía, bronquitis o COVID-19. Por lo tanto, es fundamental buscar atención médica si los síntomas empeoran o se desarrollan nuevos síntomas.

La tos crónica o la fiebre que dura más de una semana también requieren atención médica[19][20]. Una tos que dure más de tres semanas podría indicar una afección como asma, alergias, reflujo ácido o una infección respiratoria. Del mismo modo, una fiebre que dure más de una semana podría indicar una infección subyacente, como tuberculosis o una infección del tracto urinario[21]. Por lo tanto, si una persona experimenta tos o fiebre crónica, es fundamental buscar atención médica para determinar la causa subyacente y recibir el tratamiento adecuado.

Las personas con otras condiciones de salud o factores de riesgo también deben buscar atención médica si experimentan tos o fiebre[22][23][20][24][25][26]. Por ejemplo, las personas con asma, alergias o una infección crónica en los senos nasales o las vías respiratorias tienen más probabilidades de experimentar tos persistente. Además, las señales de advertencia en personas con tos incluyen dificultad para respirar, tos con sangre, pérdida de peso y fiebre que dura más de una semana. Por lo tanto, las personas con otras condiciones de salud o factores de riesgo deben buscar atención médica si experimentan tos o fiebre para asegurar un manejo adecuado de su condición y prevenir posibles complicaciones.

Consejos y mejores prácticas

**Presta atención a la higiene personal** - Lávese las manos frecuentemente con agua y jabón durante al menos 20 segundos, especialmente antes de comer, después de ir al baño y después de toser o estornudar. Esto ayuda a prevenir la propagación de gérmenes que pueden causar tos y fiebre. Si no hay agua y jabón disponibles, use un desinfectante para manos con al menos un 60 % de alcohol. - Cubrirse la boca y la nariz con un pañuelo desechable o con el codo al toser o estornudar, en lugar de utilizar las manos. Esto ayuda a prevenir la propagación de gotitas respiratorias que pueden transportar el virus que causa la tos y la fiebre.

**Quédate en casa y descansa** - Si tienes tos y fiebre, es importante quedarte en casa y descansar. Esto ayuda a prevenir la propagación de la enfermedad a otras personas y permite que su cuerpo se recupere. - Evite ir al trabajo, la escuela o lugares públicos hasta que no tenga fiebre durante al menos 24 horas sin el uso de medicamentos para reducir la fiebre.

**Manténgase hidratado y coma alimentos nutritivos** - Beber muchos líquidos, como agua, infusiones o caldos claros, puede ayudar a aliviar la tos y la fiebre. Es importante mantenerse hidratado para apoyar el sistema inmunológico de su cuerpo. - Llevar una dieta equilibrada con frutas, verduras, proteínas magras y cereales integrales proporciona a tu cuerpo los nutrientes necesarios para combatir infecciones y recuperarse más rápido.

**Controle los síntomas con medicamentos de venta libre** - Los medicamentos de venta libre pueden ayudar a aliviar síntomas como tos, dolor de garganta y fiebre. Por ejemplo, los jarabes para la tos, las pastillas o los aerosoles para la garganta pueden ayudar a aliviar la tos y el dolor de garganta. - Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE), como el ibuprofeno o el paracetamol, pueden ayudar a reducir la fiebre y aliviar el dolor. Sin embargo, es importante seguir la dosis recomendada y consultar a un profesional de la salud si los síntomas persisten o empeoran.

**Busca atención médica cuando sea necesario** - Si su tos y fiebre son intensas, persistentes o van acompañadas de otros síntomas preocupantes, es importante buscar atención médica. Esto es especialmente cierto si tiene dificultad para respirar, dolor en el pecho o si tiene un mayor riesgo de sufrir complicaciones debido a problemas de salud subyacentes. - Un profesional de la salud puede proporcionar un diagnóstico preciso, recetar medicamentos adecuados y ofrecer más orientación sobre cómo controlar sus síntomas y prevenir la propagación de la enfermedad a otras personas.

En conclusión, comprender el resfriado común y la gripe es importante para identificar las causas de la tos y la fiebre. Los remedios caseros, como beber muchos líquidos, descansar y utilizar medicamentos de venta libre, pueden ayudar a aliviar los síntomas. Sin embargo, es fundamental buscar atención médica si los síntomas empeoran o aparecen otros nuevos, si hay tos o fiebre crónica, o si existen otras afecciones de salud subyacentes o factores de riesgo. Al ser conscientes de estos factores y tomar las medidas adecuadas, las personas pueden controlar eficazmente sus síntomas y prevenir complicaciones adicionales.

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